“Espera aún a que yo venga
A romper el frío que nos retiene”.
A romper el frío que nos retiene”.
René Char
René
char
(1907
– 1988)
Textos
Poéticos
Consuelo
Por las calles
de la ciudad va mi amor. Poco importa
a dónde vaya en
este roto tiempo. Ya no es mi amor: el
que quiera puede
hablarle. Ya no se acuerda: ¿quién en
verdad le amó?
Mi amor busca su
semejanza en la promesa de las
miradas. El
espacio que recorre es mi fidelidad. Dibuja
la esperanza y
en seguida la desprecia. Prevalece sin
tomar parte en
ello.
Vivo en el fondo
de él como un resto de felicidad.
Sin saberlo él,
mi soledad es su tesoro. Es el gran meridiano
donde se
inscribe su vuelo, mi libertad lo vacía.
Por las calles
de la ciudad va mi amor. Poco importa
a dónde vaya en este
roto tiempo. Ya no es mi
amor: el que
quiera puede hablarle. Ya no se acuerda:
¿quién en verdad
le amó y le ilumina de lejos para que
no caiga?
Bebedora
Por qué seguir entregando las palabras del propio
porvenir
ahora que toda palabra hacia lo alto es boca
ladradora de
cohete, ahora que el corazón de cuanto respira es
caída
hedionda?
Para que puedas exclamar en un soplo: "¿De
dónde
vienes, bebedora, hermana con las uñas quemadas?
¿ Ya quién
satisfaces? Nunca hallaste albergue entre tus
espigas. Mi guadaña
lo jura. No te
denunciaré, yo te precedo."
IV
Mi amor es triste
Porque es fiel
No interpela el olvido de los demás
No cae de la boca como un diario del bolsillo
No es flexible en la angustia que en común se
arremolina
No se aísla en las rompientes de la península
simulando
pesimismo
Mi amor es triste
Pues está en la naturaleza turbada del amor ser
triste
Como la luz es triste
La dicha triste
No has pasado libertad
tus correas de arena.
En las alturas
Espera aún a que yo venga
A romper el frío que nos retiene.
Nube, en tu vida tan amenazada como la mía.
(Había un precipicio en nuestra casa.
Por eso hemos partido y nos hemos establecido aquí).
Desherencia
Antigua era la noche
Cuando la entreabrió
el fuego.
Igualmente mi casa.
No se mata a la rosa
En las guerras del
cielo.
Destierran a una
lira.
Mi pena persistente
De una nube de nieve
Gana un lago de
sangre.
La crueldad ama
vivir.
Oh fuente que
mentiste
A nuestros destinos
gemelos,
Del lobo trazaré
Este único retrato
pensativo.
René Char
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