...Adiós, anciano, y
piensa en mí
si me has leído.
Isidore Lucien
Ducasse
(1846-1870)
Los Cantos
de Maldoror
(1869)
No te fíes de él
cuando vuelve la espalda,
pues te mira; no te
fíes de él cuando cierra los ojos,
pues sigue
mirándote.
Canto II
(Fragmento)
Desde entonces, cuántos proyectos enérgicos, cuántas
simpatías que creí haber grabado en las páginas de mi corazón, como en el
mármol, han ido borrando lentamente, de mi razón desengañada, sus líneas
configurativas, como el alba naciente borra las sombras de la noche. Desde
entonces, he visto a la muerte, con la intención, visible a simple vista, de poblar
las tumbas, asolar los campos de batalla, abonados con sangre humana, y hacer
brotar flores matutinas sobre las fúnebres osamentas.
Desde entonces, he asistido a las revoluciones de
nuestro globo; los terremotos, los volcanes con su inflamada lava, el simún del
desierto y los naufragios de la tempestad han tenido mi presencia como
espectador impasible. Desde entonces, he visto varias generaciones humanas elevando,
por la mañana, sus alas y sus ojos al espacio, con la inexperta alegría de la
crisálida que saluda su última metamorfosis, y muriendo al atardecer antes de
la puesta del sol, con la cabeza inclinada, como flores marchitas agitadas por
el soplo quejumbroso del viento. Pero vosotras seguís siendo siempre las
mismas. Ningún cambio, ningún aire apestado roza las rocas escarpadas y los
inmensos valles de vuestra identidad.
Vuestras modestas pirámides durarán más que las
pirámides de Egipto, hormigueros levantados por la estupidez y la esclavitud. El
fin de los siglos verá, de pie todavía sobre las ruinas de los tiempos,
vuestras cifras cabalísticas, vuestras ecuaciones lacónicas y vuestras líneas esculturales
tronando a la diestra vengativa del Todopoderoso, mientras las estrellas se
hundirán, con desesperación, como trombas, en la eternidad de una noche
horrible y universal, y la humanidad, llena de muecas, pensará en arreglar sus
cuentas con el juicio final.
Poesías
(1870)
***
Los gemidos poéticos de este siglo no son más
que sofismas.
***
Acepto a Eurípides y a Sófocles; pero no
acepto
a Esquilo.
***
No existen dos clases de poesía; sólo existe
una.
***
No dejaré Memorias. La poesía no es la
tempestad, ni
tampoco el ciclón. Es un río majestuoso y
fértil.
***
Una máxima, para estar bien hecha, no
necesita corrección.
Necesita que se la desarrolle.
***
Los hombres que no se baten en duelo creen que
los que se
baten en duelo a muerte son valerosos.
***
El escritor, sin separar una de otra, puede
indicar la ley que
rige cada una de sus poesías.
***
El fenómeno pasa. Busco las leyes.
***
Existe una lógica para la poesía. No es la
misma que la
de la filosofía. Los filósofos no son tanto
como los poetas. Los
Nota: los textos fueron extraídos del libro
"Los Cantos de Maldoror"
"Los Cantos de Maldoror"
Ediciones
SED DE BELLEZA
2006.
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