“En la sombra llevamos el peso de
los ritos
y nos lo hemos repartido a pedazos”
Javier
Alexander Roa
(Edo. Apure, 1968)
Javier
Alexander Roa. Nació en Venezuela 1968. Es poeta, editor, ensayista, articulista
político y de artes plásticas. Licenciado en Letras y Educación por la
Universidad de Los Andes de Mérida Venezuela (ULA), donde realizó estudios de
maestría en Literatura Iberoamericana. Magíster en Relaciones Internacionales
en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa (ISRI), en la
República de Cuba. Ha publicado los
libros de poesía: Diosa (1991); Acuarios (1996); Otro Abismo (2001); Abalorios
(2004); Del amor y lo profano (ediciones Axis Mundi, Bogotá – Colombia 2007);
El amor no tiene tregua (galardonado en el Certamen Mayor de las Artes y las
Letras en el año 2006 por el Ministerio de la Cultura de Venezuela y publicado
por la Fundación Editorial El Perro y La Rana en 2007). ANTOLOGÍA (para
confundir al enemigo), Editorial El Perro y la Rana, Caracas, Venezuela, 2011.
Merecedor de la Mención Honorífica de Poesía “Carlos Cesar Rodríguez” en el año
2006; y la Mención Honorífica de Poesía “Solar” en 2007, en la ciudad de Mérida
– Venezuela. Fue Director de Cultura del Estado Mérida; miembro fundador de la
Editorial Gitanjali con más de cincuenta títulos publicados. Últimamente a sido
incluido en la Antología: POESÍA Y NARRATIVA HISPANOAMERICANA DEL SIGLO XXI. La
compilación la realiza el Poeta peruano residenciado en España, Leo Zelada.
Publicado por Lord Byron Ediciones. Diciembre de 2014 en Madrid – España y en la
"La Antología de poesía del Mundo - Poetas del siglo XXI" cuyo editor
es Fernando Sabido Sánchez en España.
Hace Días
Para Confundir al Enemigo
(2011)
Hace Días
Hace días que me he sentido desolado
he querido beber café
o tal vez masticar una pasta de chiclets
sentarme en las columnas de asfalto
y desde lo más arriba
escupirle a la muerte
Nadie ha querido regalarme nada
y sediento voy por caminos que me consumen
me quieren ver llorar
me quieren ver bajando mis papagayos del cielo
con un peso de lluvia
y ella que no viene
y es la que se obliga a conocerme
Hace día que estoy muriendo
me han cortado la lengua
los miembros
y la risa que vuela
más allá del llanto
Llegada de los Centauros
Vivimos abrazados al marrón de las aguas
asomándonos por el espacio
que da dominios
a los ojos
Alguien duerme detrás del muro
y alimenta la hoguera
que se ocultó en la
noche
otros vendrán imitando signo del sol
abandonarán caballos
nacidos bajo sus
miembros
desprendiendo miradas de la rosa
Hasta el fin del mundo
la humedad de árboles
permanecerá
sobre
los cuerpos
junto a las cenizas
Ceremonia de
Máscaras
En las sombras llevamos el peso de los ritos
y nos lo hemos repartido a pedazos
Es vegetal esta voz infante de lluvia
como la del hombre
Pronto habremos olvidado a visitantes nocturnos
La casa se quedará vacía
rehusándose luciérnagas
a hacer nidos
en aleros
En otro tiempo
el lenguaje
asistía a la ceremonia de máscaras
bastaba tatuar flores de cualquier árbol
Safo
Esta mujer
extendida en el césped de mis
miradas
no sabe cuánto anhelo besar el
manjar de su jardín
no adivina que la vara mágica se
estira
para profanar los
delicados instintos
Sé que su belleza adolece de
caricias
de ternura que no puedo asimilar con
mis dedos
Ella me enloquece
cuando va por la avenida cruzando la
lluvia
y el paraguas se hace casa
sombra plástica arropada de pájaros
Esta mujer que dormita bajo árboles
ardidos
toca mis sueños por las noches
como toca el viento la puerta de mi
habitación
y yo despierto
y abro mi horizonte
y encuentro a un hombre insaciable
lejos de todo alimento
y de toda perturbación
por culpa de un violín que se
deshila
entre mis
fibras
Esta mujer enamorada de otra
-no quisiera-
vaya a hacerme entrar en sus
orígenes
ACUARIUS
¿Qué decirle a la noche
mientras nos lleva a rastras?
Un caballo ceniciento espera
en la otra orilla
y cuando escape al dominio de Orión
nos quemará la sal del cuerpo
aprisionada en nuestro signo genésico
¿Crecerá el árbol o la semilla?
El oficio del arquero
es desprenderse del centro
Invitación para una Mujer Virgen
Quédate a contemplar la belleza
efímera
acércate a esa fuente que besa el
cuerpo
de pájaro atravesado
tal vez despiertes asombrada
por las primeras fosforescencias de
la noche
tal vez esa luz destile de tus ojos
la vigilia
de amores idos
y de vidas rasgadas en su centro
Aproxímate a lamer versatilidad
de la carne erecta
y sé mujer alada por ángeles
místicos
abierta al juego
y a la desgracia
Sé inmortal en esa hora
cuando remiendas el placer de tu
amante
de tu novio
de tu amigo
o del que no conoces
Entrégate totalmente al impulso de
saberte nada
y de sentirte hundida hasta la
plenitud del vértigo
hasta sentirte bella
y sucia como el día que termina
Apresúrate a romper el sagrado
pétalo
que te claustra
y te obliga a estar ajena a lo
divino
a lo metafísico
y a lo enfermo
Desnúdate
aprende a ser inmensamente hembra
inmensamente diosa
bajo el cuerpo salvaje de los
hombres
…. o de otras
Funeral de
las hadas
Bosques sombreados
conducen a mi casa
Por allí camino
trasnochado
con los poetas de
todas las generaciones
Walt Whitman con su
barba blanca
toca los manantiales
de mi imaginario
mientras Allen
Ginsberg
nos ayuda a recoger
las latas vacías del camino
y apaga los fuegos
incandescentes del arcoíris
Todos vamos
apresurados
al funeral de las
hadas
William Blake nos
espera bajo un árbol
lleno de ángeles
cuyas alas
relucientes
brillan entre las
ramas
De pronto
con saltos muy
ligeros
se pierde un
gnomo
de nombre
Gelindo Casasola
quien persigue
a Borges
a Kavafis
a Eliot
a Rimbaud
a Omar
Kayán
y a Javier
Alexander Roa
En la orilla
del río descansa
–bajo la sombra de un puente-
Aristóteles y Plotino
Platón juega entre
las hierbas
con un adolescente
Un pájaro cruza
atravesado de canto
Al fin todos nos
hemos encontrado
en la casa de la
palabra
y hablamos bajo un
mismo idioma
Acompañados
decidimos despojarnos
de la ropa
y seguir libres
caminando
a través de las hojas
secas
y las piedras
desnudas
Con nuestras miradas
se queman las cosas
Entramos en la
espesura
y en los animales
salvajes
Atrás van quedando
los reyes
y los hombres
opulentos
de mágicos tesoros
Atrás van quedando
Verlaine
Ezra Paund
Baudelaire
“entre las flores del mal”
Atrás van quedando
las generaciones adictas
a lo
efímero y al caos
Rabindranath Tagore
canta sus mantras
al llegar el sol
De lo alto
desde lo más alto
vemos encresparse la
hermosura del día
Llegamos –advierte-
un poeta sin nombre
Y el funeral es una
feria de frutas
bailes
y alumbramientos
Un jardín esplendido
palpita
Y yo me hundo
como si estuviera
muriendo
y naciendo a la vez