eliges torsos en la
oscuridad
y del tanteo nace lo
insaciable.
Ramón Elías Laffita (Baracoa,
1968). Poeta y narrador. Miembro de la UNEAC. Tiene publicado los siguientes
libros de poesía: Las tribulaciones de Adán (1991), Contaminados por la sombra
(1998), Sueño mágico (2002), Palabras hacia la noche (2005) y un libro de
antología poética titulado: “Espacio Mínimo” (2008), Ganadores del concurso literario
“Juan francisco Manzano, La Habana Vieja. Ha recibido importantes premios en
diferentes certámenes: Regino Boti (1990), Luís Rogelio Nogueras (1995) y
mención especial en el Concurso Internacional Nosside Caribe (2004).
Actualmente está radicado en el Edo. Anzoátegui- Venezuela.
Ramón
Elías Laffita
(1968)
(1968)
Espacio
Mínimo
(2008)
Apertura
La vieja ciudad se
aísla de la noche
noche de alabastro
sobre el ojo de la
noche.
nace un sol filtrado
por la sombra
y la luz es el polvo
margen o espacio de
los días.
la ciudad nos
contiene
nos eleva
como vapor de agua
que el frío oculta.
así de elíptica es
la ciudad.
selva que nos
castiga y llama.
SI LA CIUDAD SE AÍSLA
del ojo de la noche
los portales se
alejan del caminante.
El sepia forma con
su rostro
las columnas las aldabas
donde todo sucumbe.
Desde la inmerecida
madrugada
trasgredo y hablo
y aunque me baste
para salmodiar
el tiempo
no basta la memoria
si deseas
limpiar de musgo el
aire
de hollín a las
palabras.
El caminante busca
el sitio exacto
donde poner la llaga
donde alistarse para
borrar el óxido
que la sombra
acumula.
En las
alcantarillas los bardos
también buscan
La demasiada luz el
opio.
Hasta aquí ha llegado el texto poético titulado: “Apertura” de la Antología Espacio Mínimo. Ahora, un inédito poema (primicia para nuestro Blog) de su más reciente Libro Titulado: “Pulsaciones” El Autor desde su más hondo abismo, exclama: “La vida es una cuerda que también se
parte”
Pulsaciones
La vida es una
cuerda que también se parte
En una
sala de hospital/ piensas que morirás/
al día
siguiente de creerlo. / y el mundo se te vira
como
una postal/ausente en la memoria. /es cuando aparecen/
al más
leve contacto con la sangre:/madre y abuela/
envueltas
en la nostalgia/ del enfermo/ que ya cavila por su muerte. /
para el
enfermo/quien ha soportado por años/los ojos de la frialdad/las manos de la
paciencia/ el temblor hecho árbol y raíz/no hay río que sostenga sus aguas/
ni
verdad más sensata que una flor roja/ sobre la cama de aquel hospital/ en un
domingo infeliz y solitario/como son los domingos/y la desdicha. / en esa
sala de hospital. / es triste verse desamparado/ por los amigos que alguna
vez/fueron amigos. /es triste ver la luz alejarse de su ruta/ y sentirse
frágil/ en la
más pura y absoluta desolación. /en esa sala de hospital/
a la
que nunca deseaste regresar / la vida es una cuerda/ que también se parte.
Iremos al libro: "Las tribulaciones de Adán" (Ediciones el Mar
y la Montaña, 1991). El autor nos dice: "Voy sobre dos
Caballos que imitan a la Muerte"
La tribulaciones
de Adán
(1991)
El Convicto
Ya no son estos pasos ni esta húmeda claridad
los que me van
hacer eterno.
Quizás sea la
fijeza con que se gravita
o el humo resbaladizo.
Tal vez logre
sobrevivir delante de tantos domadores
entre la
PODREDUMBRE Y CEGUERA que exprime la palabra.
Tal vez calle o
parpadee hondo
cuando por fin
conozca la verdadera dinastía del abismo
el frío tan
violento del SOL y de la niebla.
Por fortuna he
percibido el dédalo imperioso de los años
la supuesta fe
del que se ciñe a la costumbre.
Qué importa la
sílaba y el color si la sombra
se abre a
nuestra vista como el MAR sin retorno.
Qué importa la
batalla si en tiempo de nobleza
se MUERE al
extinguir la LUZ y la metáfora.
Voy sobre dos
CABALLOS que imitan a la MUERTE
al RELÁMPAGO y
a la indomable heraldía de los locos.
Siento que la
dicha es oíble como estos pasos y esta claridad
que lo eterno
nos obliga a ser vano y mezquino
que sobrevivir
es esconderse junto a las PIEDRAS y los árboles.
No es un
milagro ENCENDER la memoria en días póstumos
basta con
demostrar que la vida está hecha de privilegios.
Esta ciudad por
divina es un RASGUÑO a media voz
y la PUPILA
algo inmenso detrás de cada golpe.
Creo en la
cicatriz que deja el verso y lo memorable
en la sana
teoría con que armo y desarmo la vigilia.
A favor del
TIGRE Y DE LA SERPIENTE el linaje de los vivos
la maestría, el
artificio como red interminable.
Quedaré en el
éxtasis después de la tormenta porque será muy difícil