“…El primer objeto de estudio del hombre que
quiere ser poeta
es su propio conocimiento, completo…
El poeta se hace vidente por un largo,
inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos[…]Inefable tortura en la
que necesita de toda la fe, de toda la fuerza sobrehumana, por la que se
convierte entre todos en el enfermo grave, el gran criminal, el gran maldito, —
¡y el supremo Sabio! —“
Arthur Rimbaud poeta y narrador. Nacido
en Charleville-Mézières (Francia), el 20 de octubre de 1854. Se le considera
por muchos críticos y autores como uno de los más grandes poetas en la historia
de la literatura francesa y del mundo. Entre sus obras más destacadas figuran: Una Temporada en el Infierno, (1873); Las Iluminaciones, (1886); (en este caso recogida y publicada por el
poeta Paul Verlaine). Entre otros textos sueltos que fueron compilados y publicados
en su debido momento; los cuales en este caso se mencionan : El Barco Ebrio,
1871; Sol y Carne; Ofelia; Baile de los Ahorcados; El Castigo de Tartufo; El
Herrero; Venus Anadiomena; Primera Velada; Los Azorados; Romance; El Mal;
Rabias de Césares; Sueño para el Invierno; En el Cabaret Verde, la cinco de la tarde; La Maliciosa; Mi
Bohemia; Los Cuervos; Los Sentados; Cabeza de Fauno; Oración de la Tarde; Canto
de Guerra Parisino; El Corazón Robado y Vocales. Conjuntamente con Paul
Verlaine y otros compañeros, publicaron los siguientes libros: Álbum Zutique,
1943; y Les Stupra, (Los estupros). Aproximadamente a los 18 o 19 años de edad,
“Arthur Rimbaud” deja por siempre la literatura para marcharse a tierras
Africanas.
Jean
Arthur Rimbaud
(1854)
Los
Estupros
(1962)
/
El Ídolo /
Soneto al Hueco del Culo
Oscuro y fruncido
como un clavel violeta,
él respira,
humildemente agachado entre el musgo
húmedo todavía de
amor que sigue la fuga suave
de las nalgas
blancas hasta el corazón de su repulgo.
Filamentos parecidos
a lágrimas de leche
han llorado bajo el
viento cruel que los rechaza
a través de pequeños
coágulos de marga rojiza
para irse a perder
donde las pendiente los llamaba.
Mi sueño se abocó a
menuda a su ventosa;
mi alma, del coito
material celosa,
hizo allí su
lagrimal salvaje y su nido de sollozos.
Es la oliva
desfallecida y la flauta mimosa,
es el tubo por el
que desciende la celeste peladilla,
Canaán femenino en
las humedades cercadas.
Albert Mérat
PV-AR
Las Antiguas Bestias
Los antiguos
animales montaban, aún corriendo
con los glandes barbados
de sangre y de excremento.
nuestros padres
desplegaban su miembro con orgullo por el pliegue
de la vaina y el
grano de la bolsa.
Hasta un Kléber, según
el calzón que miente
quizás un poco, no
ha debido carecer de recurso.
En la edad media
para la hembra, ángel o puerca,
hacía falta un
gallardo de sólido aparejo;
Por otra parte el
hombre se iguala al más fiero mamífero:
la enormidad de su
miembro nos asombra sin razón;
pero una hora estéril
ha sonado: el caballo
Y el buey han reprimido sus ardores, y nadie
osará más erguir su
orgullo genital
en los bosquecillos
donde bulle una infancia bufona.
Nuestras Nalgas no son las Suyas
Nuestras Nalgas no
son las Suyas. A menudo he visto
a gente desabotonada
detrás de algún seto,
y, en esos baños sin
apuro donde la infancia se regocija,
observaba el plano y
el efecto de nuestro culo.
Más firme, lívido en
muchos casos, está provisto
de semiplanos
evidentes que tapiza la criba
de pelos; para
ellas, es solamente en la raja
encantadora donde
florece el largo satén frondoso.
Una ingeniosidad conmovedora
y maravillosa
como sólo se ven en
los ángeles de los cuadros santos
imita a la mejilla
donde la sonrisa se ahonda.
¡Oh! ¿igual estar
desnudos, buscar alegría y reposo,
la frente vuelta
hacia su porción gloriosa,
y libres los dos
murmurar sollozos?
Álbum
Zutique
(1943)
El Angelote Maldito
Techos azulados y
puertas blancas
como en nocturnos
domingos,
en la punta de la
ciudad, sin ruido
la calle está
blanca, y es de noche.
La calle tiene casas
extrañas
con persianas de
ángeles.
Pero, hacia un
mojón, he aquí
acudir, malvado y
transido,
un negro angelote que titubea,
habiendo comido
demasiada yuyuba.
Hace Caca: luego
desaparece:
pero su caca maldita
aparece,
bajo la luna santa
que vaca,
de sangre negra una
ligera cloaca.
Louis Ratisbonne.
A. Rimbaud.
Obra escogida
En el Cabaret-Verde., las cinco de la tarde.
Tras ocho días, había destrozado mis botines
en las piedras de los caminos. Entré en Charleroi.
-En el Cabaret-Verde, pedí una rebanada de pan
con mantequilla y jamón que estaba medio fresco.
Dichoso, estiré las piernas bajo la mesa
verde: contemplé los temas bastante ingenuos
de la tapicería-. Y fue adorable,
cuando la chica de enormes tetas, de ojos vivos,
-¡aquella, a la que un beso no asusta!-
Sonriente, me trajo una rebanada de mantequilla,
Y jamón tibio, en un plato coloreado,
Jamón rosa y blanco perfumado con un diente
de ajo-, y me colmó la jarra inmensa, con su espuma
que doró un rayo de sol retrasado.
Octubre, 1870.
Vocales
A negro, E blanco, I
rojo, U verde, O azul: Vocales
yo diré algún día
vuestros nacimientos latentes:
A, Negro Corsé
velludo de moscas brillantes
zumbando alrededor
de hedores crueles,
Golfos de sombras;
E, candores de vapores y tiendas,
lanzas de glaciares
intrépidos, reyes blancos, temblores de umbelas;
I, púrpuras, sangre
salpicada, risa de labios bellos
en la cólera o las
borracheras penitentes;
U, ciclos,
vibraciones divinas de mares verdosos,
paz de pastos
sembrados de animales, paz de arrugas
que la alquimia
imprime en las grandes frentes estudiosas;
O, supremos Clarín
lleno de estridencias extrañas,
silencios atravesados
por Mundos y Ángeles:
O la Omega, ¡rayo
violeta de Sus Ojos!
El Mal
Mientras que los
salivazos rojos de la metralla
silban todo el día
por el infinito del cielo azul;
que escarlatas o
verdes, cerca del Rey que los burla,
los batallones en
masa caen en el fuego;
mientras que una
locura espantosa, pulveriza
y hace de cien mil
hombres una pila humeante;
-¡pobres muertos! En
el verano, en la hierba, en tu alegría,
¡naturaleza! ¡oh tú qué
hiciste a estos hombres santamente!...
-es un Dios el que
ríe en los manteles adamascados
De los altares, en
el incienso, en los grandes cálices de oro;
el que en el oscuro
cuneo de los hosannas se duermen,
y se despierta,
cuando las madres, reunidas
en la angustia, y
llorando bajo sus viejas cofias negras
¡le dan una perra
gorda liada en su pañuelo!
Nota:
Los textos fueron extraídos del libro “Obra Escogida” (Edición Bilingüe)
Arthur Rimbaud. Editorial edicomunicación, S.A. Colección Crisol. A continuación el vídeo completo titulado "Total Eclipse", del poeta francés "Arthur Rimbaud". bajado del portal youtube.com.
Arthur
Rimbaud