22 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Teófilo Tortolero

Tu frente lleva pensamientos
Y drogas silvestres
Es una cesta y una cúpula


Teófilo Tortolero

(1936 -1990)

Teófilo Tortolero
Las Drogas Silvestres (1972)
y Demencia Precoz 
(1968)


2


Las drogas que pasaron por otoño eran falsas
De la casa sólo está un mango roto
Anegado de hormigas
Es mentira que tu ombligo fuera echado al mar


***


Brahms
              es terrible la llama en la caída
              los golpes y aletazos a la puerta del aire

              Sentir las aguas del Ángelus tan cerca
              y no alcanzarlas
              la mirada perdida en los infiernos
              cuando la niebla atraviesa la carne
              sin llamar

Brahms
              son terribles sus coágulos sus cachorros de espuma
              flotando al río de la epilepsia


XVII


Un girasol ha temblado en el mundo



XVI


Yo te busco en un salto al vacío


***


He terminado

Mi garganta está seca
al detenerse los blancos engranajes
en la sala de máquinas

Ven por mí


Nota:
los textos fueron extraídos de los libros: "Demencia precoz y las drogas silvestres", del escritor y poeta Venezolano Teófilo Tortolero.


Jessica Yeh / Sad Violin

16 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Los Cantos de Maldoror


“…Me propongo, sin estar conmovido, declamar a grandes voces
la seria y fría estrofa qué vais a oír”.


Isidore Lucien Ducasse
(1846-1870)

Diseño: Enrique Jiménez Corominas
Historietista e Ilustrador español.

Los Cantos
de Maldoror

(1869)


Canto I
(Fragmento)


Ruego al cielo que el lector, enardecido y momentáneamente feroz como lo que lee, halle, sin desorientarse, su abrupto y salvaje sendero por entre las desoladas ciénagas de estas páginas sombrías y llenas de veneno; pues, a menos que ponga en su lectura una lógica rigurosa y una tensión de espíritu igual, como mínimo, a su desconfianza, las emanaciones mortales de este libro embeberán su alma como azúcar en agua. No es bueno que todo el mundo lea las páginas que siguen; sólo algunos saborearán sin peligro ese fruto amargo. Por lo tanto, alma tímida, antes de adentrarte más por semejantes landas inexploradas, dirige hacia atrás tus pasos y no hacia delante. Escucha bien lo que te digo: dirige hacia atrás tus pasos y no hacia adelante, como la mirada de un hijo se aparta, respetuosamente, de la contemplación augusta de la faz materna; o, mejor, como el ángulo perdiéndose en el horizonte de las friolentas grullas tan meditabundas que, durante el invierno, vuela poderosamente a través del silencio, con todas las velas tendidas, hacia un punto preciso del horizonte de donde, súbitamente, brota un viento extraño y fuerte, precursor de la tormenta. La grulla más vieja, que forma por sí sola la vanguardia, al verlo, mueve su cabeza como una persona razonable y, en consecuencia, también su pico que hace restallar, y no está contenta (tampoco yo lo estaría en su lugar), mientras su viejo pescuezo, desprovisto de plumas y contemporáneo de tres generaciones de grullas, se agita en irritadas ondulaciones, presagio de la tempestad que se acerca cada vez más.




Cartas

París, 12 de marzo de 1870



Señor:


Permitid que me remonte un poco lejos. He hecho publicar una obra de poesías, en la casa Lacroix (B. Montmartre 15). Pero, una vez impresa, se negó a lanzarla, porque allí se pintaba la vida en colores demasiado amargos y el editor temía la acción de la justicia. Era algo en el género del Manfredo de Byron y el Conrad de Mickiewicz, pero mucho más terrible. La edición había costado 1.200francos, de los que yo había entregado ya 400. Pero todo se fue al diablo. Lo cual me hizo abrir los ojos. 


Nota:
 los textos fueron extraídos del libro “Los cantos de Maldoror”
Ediciones SED DE BELLEZA
(2006)




 Avenged Sevenfold
Nightmare



12 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Lautréamont II


¡Oh!, matemáticas severas,
no os he olvidado desde que vuestras sabias lecciones,
más dulces que la miel, se derramaron en mi corazón,
como una ola refrescante.

Isidore Lucien Ducasse
(1846-1870)

Diseño: Enrique Jiménez Corominas
Historietista e Ilustrador español.

Los Cantos
de Maldoror

(1869)



Canto II
(Fragmento)


« ¡Oh!, lámpara de mechero de plata, mis ojos te perciben en los aires, compañera de la bóveda de las catedrales y buscan la causa de tal suspensión. Dicen que tus fulgores iluminan, durante la noche, la turba de quienes vienen a adorar al Todopoderoso y que muestras a los arrepentidos el camino que lleva al altar. Óyeme, todo es posible, pero... ¿necesitas acaso prestar semejantes servicios a quienes no debes nada? Deja, sumidas en tinieblas, las columnas de las basílicas, y cuando un soplo de la tormenta en la que se atorbellina el demonio, llevado a través del espacio, penetre con él en el lugar santo, extendiendo el espanto, en vez de luchar valerosamente contra la pestífera ráfaga del príncipe del mal, extínguete al punto, bajo su enfebrecido soplo, para que pueda, sin que le vean, elegir a sus víctimas entre los arrodillados creyentes. Si así lo haces, puedes afirmar que te deberé toda mi felicidad. Cuando brillas, extendiendo tu claridad indecisa, pero suficiente, no oso entregarme a las sugerencias de mi carácter y permanezco, bajo el sacro pórtico, mirando por el entreabierto portal a quienes escapan de mi venganza en el seno del Señor. 

¡Oh, lámpara poética!, tú, que serías mi amiga si pudieras comprenderme, cuando mis pies huellan el basalto de las iglesias, en las horas nocturnas, ¿por qué comienzas a brillar de un modo que, lo confieso, me parece extraordinario? Tus reflejos se colorean, entonces, con los blancos matices de la luz eléctrica. Los ojos no pueden mirarte, e iluminas con una llama nueva y poderosa los menores detalles de la pocilga del Creador, como si fueras presa de santa cólera.

Y, cuando me retiro tras haber blasfemado, te vuelves de nuevo irrelevante, modesta y pálida, segura de haber llevado a cabo un acto de justicia. Dime, ¿acaso porque conoces los recovecos de mi corazón, cuando comparezco en el lugar donde velas, te apresuras a señalar mi presencia perniciosa y a llamar la atención de los adoradores hacia el lugar donde acaba de mostrarse el enemigo de los hombres, esta opinión me parece acertada, pues también yo comienzo a conocerte, y sé quién eres, vieja bruja, que tan bien velas sobre las sagradas mezquitas donde se pavonea, como cresta de gallo, tu curioso dueño. Vigilante guardiana, te has encargado de una misión insensata. Te lo advierto, la primera vez que me señales a la prudencia de mis semejantes, aumentando tus fosforescentes fulgores, como ese fenómeno de óptica, que por lo demás ningún libro de física menciona, no me gusta, te agarraré por la piel del pecho, clavando mis zarpas en las escaras de tu nuca tiñosa, y te arrojaré al Sena. No pretendo que, mientras yo no te hago nada, tú te comportes, a sabiendas, de un modo que me sea perjudicial. Allí te permitiré brillar, mientras me resulte agradable; allí te burlarás de mí con inextinguible sonrisa; allí, convencida de la incapacidad de tu criminal aceite, lo orinarás con amargura.» Tras haber hablado así, Maldoror no sale del templo y permanece con los ojos fijos en la lámpara del lugar santo... Cree ver una especie de provocación en la actitud de esa lámpara, que le irrita al más alto grado con su presencia inoportuna. 


Nota: Los textos fueron extraídos del Libro "Los cantos de Maldoror"
de Ediciones SED DE BELLEZA
(2006).



La Banda "CORVUS"




(((Dejen sus Comentarios)))
7 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Conde de Lautréamont


...Adiós, anciano, y piensa en mí
si me has leído.

Isidore Lucien Ducasse
(1846-1870)


Los Cantos
de Maldoror
(1869)

No te fíes de él cuando vuelve la espalda,
pues te mira; no te fíes de él cuando cierra los ojos,
pues sigue mirándote.


Canto II
(Fragmento)


Desde entonces, cuántos proyectos enérgicos, cuántas simpatías que creí haber grabado en las páginas de mi corazón, como en el mármol, han ido borrando lentamente, de mi razón desengañada, sus líneas configurativas, como el alba naciente borra las sombras de la noche. Desde entonces, he visto a la muerte, con la intención, visible a simple vista, de poblar las tumbas, asolar los campos de batalla, abonados con sangre humana, y hacer brotar flores matutinas sobre las fúnebres osamentas.

Desde entonces, he asistido a las revoluciones de nuestro globo; los terremotos, los volcanes con su inflamada lava, el simún del desierto y los naufragios de la tempestad han tenido mi presencia como espectador impasible. Desde entonces, he visto varias generaciones humanas elevando, por la mañana, sus alas y sus ojos al espacio, con la inexperta alegría de la crisálida que saluda su última metamorfosis, y muriendo al atardecer antes de la puesta del sol, con la cabeza inclinada, como flores marchitas agitadas por el soplo quejumbroso del viento. Pero vosotras seguís siendo siempre las mismas. Ningún cambio, ningún aire apestado roza las rocas escarpadas y los inmensos valles de vuestra identidad.

Vuestras modestas pirámides durarán más que las pirámides de Egipto, hormigueros levantados por la estupidez y la esclavitud. El fin de los siglos verá, de pie todavía sobre las ruinas de los tiempos, vuestras cifras cabalísticas, vuestras ecuaciones lacónicas y vuestras líneas esculturales tronando a la diestra vengativa del Todopoderoso, mientras las estrellas se hundirán, con desesperación, como trombas, en la eternidad de una noche horrible y universal, y la humanidad, llena de muecas, pensará en arreglar sus cuentas con el juicio final.


Poesías
(1870)

***

Los gemidos poéticos de este siglo no son más
que sofismas.


***

Acepto a Eurípides y a Sófocles; pero no acepto
a Esquilo.


***

No existen dos clases de poesía; sólo existe una.


***


No dejaré Memorias. La poesía no es la tempestad, ni
tampoco el ciclón. Es un río majestuoso y fértil.


***


Una máxima, para estar bien hecha, no necesita corrección.
Necesita que se la desarrolle.


***


Los hombres que no se baten en duelo creen que los que se
baten en duelo a muerte son valerosos.



***


El escritor, sin separar una de otra, puede indicar la ley que
rige cada una de sus poesías.


***


El fenómeno pasa. Busco las leyes.


***


Existe una lógica para la poesía. No es la misma que la
de la filosofía. Los filósofos no son tanto como los poetas. Los
poetas tienen derecho a considerarse por encima de los filósofos.


Portada de "Los Cantos de Maldoror"
edición de 1890, por León Genonceaux.


Nota: los textos fueron extraídos del libro
 "Los Cantos de Maldoror"
Ediciones SED DE BELLEZA
2006.


"Dejen sus Comentarios"
6 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Mirih Berbin


…permanecí en calles...segundos antes de ser devorada 
la fuerza de la creación                          detuvo el oleaje

Mirih Berbin


Mareas
(2008)



A mis padres y hermanas
A mi abuela
que reposa en mares de la eternidad



Soles

Residuos


Las nubes ocultan
los desperdicios de nosotros

hay colores
pedazos de mí
que no llegan

mojé iris ajeno
con gotas de vacío
y callé

las nubes salen
para recordarnos
otro día


Visiones


A veces
solo a veces
cuando la lluvia cae
caballos entre neblinas
buscan el cielo


I


a mi abuela Verónica


Una mujer sabe
que no hay tintes que escondan
sus párpados caídos

Se sienta en un rincón
minada de silencios

La que fue reina de carnavales
se mece de recuerdos
y antes del ciclo de su despedida
es tocada por la luz

Camina complacida de haber visto crecer
brotes que regó en el campo
donde el tiempo
no marchita


Oleajes


V


Vi como soldaron
mi risa en la pared
su estela no me alcanza
y los cristales
ciegos de metal
se hunden en el barro
de las olas



VII


Hurgar en lo más profundo
hacer de eso un hogar
es algo que consume


Crucifijos


a R. Q.



Cuando esperes que las olas te arrebaten
y se lleven la arena
en las ruinas antiguas
después de la lluvia de Dalí
cuando los dedos tiemblen
más por los años que por la brisa
cuando el vestigio de un día nublado
te recuerde esa lluvia que no atravesaste
suspírame un poco
y verás
que después de tantos crucifijos
seguiremos penando
pero nunca más solos


Resacas

...Aún guardo la duda de saber
si sigues descubriéndote en mi silencio



En la otra orilla



Insomne te pido
me devuelvas las palabras
que dejaron de ser océano
hace muchas noches
Ya solo son mareas
conducidas a otras playas
y aquí
desde esta orilla
ansío volver a respirar

Mareas
Mirih Berbin
(Poesía)

Nota:
Los textos fueron extraídos del libro "Mareas" publicado en el año 2008 por la editorial el perro y la rana- Venezuela. A continuación un vídeo que no tiene nada que ver con el libro, pero que al fin y al cabo, también es poesía. la música también es poesía. Espero lo disfruten.

M.B.



4 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Alejandra Pizarnik II


“Yo vi ese rostro partir la mañana
en dos noches iguales. Mi cuerpo se pobló de muertos
y mi lengua de palabras crispadas,
ruinas de un canto olvidado”.

Alejandra Pizarnik


Textos de Sombra

El ojo de la alegría (Un cuadro de Chagall y Schubert)


La muerte y la muchacha
abrazadas en el bosque
devoran el corazón de la música
en el corazón sinsentido

una muchacha lleva un candelabro de siete brazos
y baila detrás de los tristes músicos
que tañen violines rotos
entorno a una mujer verde abrazada a un unicornio y a una mujer
                                                       [azul abrazada a un gallo

En lo bajo
y en lo triste
hay casitas
que nadie ve
de madera, húmedas,
hundiéndose como barcos,
¿era esto, pues, el concepto del espacio?
criaturas en erección
y la mujer azul
en el ojo de la alegría enfoca directamente
la taumaturga estación de los amores muertos.


Aproximaciones
(1956 – 1958)


II


He desatado el corazón de la lluvia

Antiguas baladas
alimentaron mi silencio.


***

Abrazando tu sombra en un sueño
mis huesos se arqueaban como flores


***

Estos ojos
sólo se abren
para evaluar la ausencia


***

Un pueblo de luz arderá en la sombra


***

No lejos del alba nace el día
visión de las ultimas flores
la luz gira en mi rostro que esperaba
las nupcias de los cuatro elementos


***

El jardín triangular
que oprimo en mi mano
chorrea flores de agua
abejas de perfume azul
fosforecen como ojos enemigos
incrustados en mis huesos

***

Yo creo en los espejos.


***

Yo trabajo el silencio
lo hago llama


***

Ebria del silencio
de los jardines abandonados
mi memoria se abre y se cierra
como una puerta al viento


***

Zona de la visión perpetua.
Yo la atravesé en un misterioso gemido.


***

Yo he dado el reino de mi edad a la noche de los cuerpos
para saber si hay una luz detrás de la puerta cerrada.


***


Boca enlutada
enumerando mis muertes

Boca si lengua
plegaria a nadie

se suceden en mi persona
generaciones
de pasajera sin destino
oscilan extrañas

Llórame por estar aquí
llórame y átame a las rosas
al manantial que cesó
augúrame luces asustadas

Plática de los exterminadores
que vienen a mi rostro
preparado para vivir

Nota:
Los textos fueron extraídos de la antología "poesía completa" de la editorial Lumen-argentina.

Alejandra Pizarnik