28 de diciembre de 2012 | By: Leonardo García.

Stéphane Mallarmé


“…abominablemente algún ídolo Anubis
con el hocico quemado como un ladrido salvaje”

Stéphane Mallarmé



La Tumba de Edgar Allan Poe


Traducción: Raúl García



Tal como en sí mismo al fin la eternidad lo cambia,
al poeta suscita con una espada desnuda
a su siglo espantado por no haber conocido
que la muerte triunfa en esta voz extraña

ellos, con vil sobresalto de hidra antes oyeron al ángel
dar un sentido más puro a las palabras de la tribu
proclamaron muy alto el sortilegio bebido
en la ola sin honor de alguna negra mezcla.

Del suelo y de la nube hostiles, ¡Oh dolor!
Si nuestra idea no esculpe aquí un bajorrelieve
con el que la tumba de Poe deslumbrante se orne.

Calmo bloque caído aquí de un desastre oscuro,
que ese granito al menos muestre siempre su borde
a los negros vuelos que el Blasfemo esparza en el futuro.




La Tumba de Charles Baudelaire


Traducción: Raúl García



El templo sepultado divulga por la boca
sepulcral de cloaca babeando barro y rubí
abominablemente algún ídolo Anubis
con el hocico quemado como un ladrido salvaje

donde el gas reciente tuerce la mecha turbia
que enjuga ya se sabe los oprobios sufridos
y alumbra huraño un mortal pubis
cuyo vuelo según el reverbero se alza

cual follaje seco en la ciudades sin noche
votivo podrá bendecir como ella volver a sentarse
contra el mármol vanamente de Baudelaire

al verlo que la ciñe ausente con temblores
esta su sombra como un veneno tutelar
siempre respiraremos aún si nos hace perecer.


Nota:
Los textos fueron extraídos de la antología Blanco sobre Negro. De la editorial Losada, Buenos aires-Argentina.



Stéphane Mallarmé 

3 de diciembre de 2012 | By: Leonardo García.

Max Erhmann


Poema del día

Desiderata: publicada en el año de 1948.
Es un poema hermoso que habla de la búsqueda de la felicidad de la vida.
Su autor fue un abogado y escritor estadounidense llamado "Max Erhmann".


Max Erhmann


Desiderata


Escucha entonces la sabiduría del sabio:

Camina plácido entre el ruido y la prisa,
y piensa en la paz que puedes encontrar en el silencio.
En cuanto te sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.
Expresa tu verdad de una manera serena y clara,
y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante,
también ellos tienen su propia historia.
Evita las personas ruidosas y agresivas,
ya que son un fastidio para al espíritu.
Si te comparas con los demás,
te volverás vano y amargado
ya que siempre habrá personas más grandes
o más pequeñas que tú.
Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera,
por humilde que sea, pues es un verdadero tesoro
en el continuo cambiar de los tiempos.
Maneja tus negocios con precaución,
porque el mundo está lleno de trampas.
Pero no permitas que eso te ciegue para ver la virtud que existe,
mucha gente lucha por nobles ideales,
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Sé tú mismo, especialmente no finjas el afecto.
Tampoco seas cínico en el amor, pues
en medio de todas las arideces y desengaños,
el amor es tan perenne como la hierba.
Escucha atentamente el consejo de los años,
rechaza cuidadosamente a las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las
adversidades repentinas, y no te confundas con las fantasías.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Bajo una sana disciplina, sé justo contigo mismo.
tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas.
Tú tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no,
sin duda el universo marcha como debiera. Por lo tanto,
mantente en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de él,
y cualquiera que sean tus trabajos y aspiraciones.
Mantén la paz en tu alma en la ruidosa confusión de la vida.
Aún con todas sus farsas, penalidades y sus sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso. Sé cauto y esfuérzate por ser feliz.


Max Erhmann / Desiderata


14 de noviembre de 2012 | By: Leonardo García.

Francisco Arévalo


“Me aparentaré a Prometeo por un instante
cargando las pesadas cadenas de este siglo”


Imagen tomada del Blog teresaeneltiempo.blogspot.com
Francisco Arévalo, poeta y narrador. Nacido en San feliz, estado Bolívar en el año 1959. Entre sus obras publicadas se encuentran: Brotes, (1989); Siempre Áspero, (1993); Nadie me reina en estos parajes de hormigón, (1993); Sur, (1995); Alcoholes de otra iglesia, (1996); Textos para Insomnes, (1997); El libros de las piedras, (2001); Agrio de colmenas, (2001); Algo más que Baladas agridulces, (2004). Y entre sus premios y reconocimientos podemos mencionar: Premio de Poesía Fundación La Salle, (1988); Bienal Alejandro Natera, (1990); Premio de Narrativa Bienal Nacional Eduardo Sifontes, (1997); Premio FUNDARTE, (1997); Premio FLASA de Narrativa, (1998); y el Premio de Poesía Bienal Nacional de Literatura Tomás Alfaro Calatrava, (2000).


Francisco Arévalo

Razones de Noctívago
(2005)


Algo Más que Baladas Agridulces
(2004)


Uno


Cruces


El astro levantó apagado
en la llama de mi castillo licencioso
Yo sin oficio definido
por la frialdad de los números
De vagar interminable
De trajinar a destiempo
Me doy a la tarea
de enderezar cruces
lejanamente dobladas
por la oscuridad de los rostros
que me rodean.



Razón del Noctívago


Cuál es el origen
de la desfiguración de la noche
Que atornillas filosos clavos
en la sienes
Cuál es el origen
de esta oscura claridad
que alberga pupilas congeladas
Donde no entra la generosidad del sueño.



El Libro de las Piedras
(2001)


Paralelas



Piedras


Sueños distantes
Cuando el amanecer es un asunto de rutina
De cenizas claras
                        Tangibles
En la punta mis ojos asomados
a la caverna llagosa que viendo siendo
esta ciudad de sonámbulos.



Alcoholes de Otra Iglesia
(1996)


Mercader


Su sonrisa agria
a usted le pesa un saco de moneda
porque usted no sabe
                                   se poesía
                                              ni de sueños
                                                           ni de pájaros



Fornicación luz roja



Ni entre rejas
ni entre piernas
               NI SOY MONJE
Yo, el estepario
que también me ha dado por escribir
en líneas de
                  SÓLO PARA LOCOS

Me embriago y con GRAN RESERVA digo:
Que no soy blanco ni negro
            Tampoco
                             BLACK
                                        &
                                        WHITE
Aunque no parezca
Digo y vuelvo a repetir
QUE ESTOY MÁS BORRACHO QUE NUNCA




Travesura


Cambié dos fósiles poemas
por el trasero sudoroso
de una rubia original

                         ¡Salud!



Sur
(1995)



Allí


sosteniendo
el rayo de la carne

Muriendo en cada contracción.




Nadie me reina en estos parajes
de hormigón
(1993)



Uno


V


Nadie me reina en estos parajes de hormigón
Zombies olorosos a fierro
metal relumbrante entre tréboles sólidos y espectrales
El correr se hace ruina
Los fantasmas quejumbrosos no me alcanzan
Estoy en el limbo de tus tragos y tus mujeres ebrias amigos
que se hunden en el huracán de sus carcajadas
Nadie me reina amigo
ni la muerte con sus cortejos de gusanos
me poblaran más no reinarán
Se atragantarán hasta mi última molécula
Estos globos con que detallo el mundo de alaridos y harapos
estallarán en sus fauces
Me aparentaré a Prometeo por un instante
cargando las pesadas cadenas de este siglo.




VII


En este reino
terminamos unos pocos
traspapelados con las sombras
los años
herrumbre con los horcones donde cuelgan
nuestro trastos de infancia.




Nota:
Los textos fueron extraídos de la antología “Razones de Noctívago” de la editorial: FONDO EDITORIAL DEL CARIBE, (1era edición, 2005). A continuación un vídeo bajado del portal Youtube.com.

Cristian Castro / Gigi D`alessio

8 de noviembre de 2012 | By: Leonardo García.

Waldo Leyva II


El que puso los dados en mis manos,
vengan por ellos.
Los echaré a rodar, pero hacia arriba.


Imagen tomada de la web@radiorebelde.icrt.cu
Waldo Leyva Escritor, poeta, narrador, ensayista, promotor cultural, profesor universitario, Periodista y actor. Nacido el 16 de mayo de 1943, en Remates de Ariosa, Remedios, antigua provincia de Las Villas que ahora pertenece a la provincia de Villa Clara, cuba. Entre sus títulos destacan: De la ciudad y sus héroes, (1974); Desde el este de Angola, (1976); Con mucha piel de gente, (1983); El polvo de los caminos, (1984); Diálogo de uno (1990); El rasguño de la piedra, (1995); Memoria del porvenir, (1999); El dardo y la Manzana, (2000); Perdono al porvenir, (2004); Agradezco la noche, (2006); De la máscara y la voz (2006). Ganador del X Premio Casa América de poesía americana. y Cuando el cristal no reproduce el rostro, (2012); Ganadora de la IV edición del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, 2da edición, 2012. Venezuela.



Waldo Leyva

Ganador de la IV edición del Premio Internacional
de Poesía Víctor Valera Mora, 2012 Venezuela.
con el Libro:
“Cuando el cristal no reproduce el rostro”



Cuando el cristal no reproduce
                                     el rostro

A Margarita


El inocente ojo del antílope


Un tigre salta de la piedra.
Vuela el ave que ignora la angustia del vacío.
Ciego es el pez, sus pupilas es el agua
y muere herido por el aire.


La lombriz puede ser reina de la altura
y deshacerse el árbol
en el vientre insaciable del insecto.


A la cruz del comienzo clavado sigue el hombre.
Sangra. Puede ver aún el rostro de los otros.


Ni Dios, ni ventanas azules,
ni el inocente ojo del antílope.


Todo sendero es engañoso


En algún sitio del pasado extravié la pregunta
Volver ya es imposible,
las rutas se fueron borrando
y todo sendero es engañoso


El futuro es una región tan frágil,
un espacio ilusorio por el que puedes pasar
sin darte cuenta, o detenerte justo en el momento
cuando se cierran sus puertas invisibles.
De todos modos, si te permitieran volver,
No te sería dada la pregunta inicial.
Y si llegaras al porvenir remoto,
confundirías las respuestas.


El espacio que habito


Donde el émbolo tiembla


No puedo desprenderme de esa punzante sensación de soledad que
Provoca la noche. El tren se ha detenido y yo a su lado sin una mano que me salve.
Mis ojos están fijos en el espacio donde el émbolo tiembla. Es mi primer
Recuerdo, mi primera muerte y resurrección. Bufa el tren. Lo único sólido del
Planeta es el espacio que ocupan mis pies de cuatro años. Mi madre debe
llorar de nuevo en algún sitio sin saber que muero. Se marcha el tren. Mis
ojos van y vienen con el émbolo.


No sé si quiero hojear en mis recuerdos


En la dorada luz, breve, de octubre



I


Era la luz un juego de guitarras
y era tu cuerpo música, desnuda
dormías en la hierba, qué menuda
barca de sueños, anclada y sin amarras.
El mar rizaba el viento. Con sus garras
deshechas en la costa, sollozaba
como un hombre que muere. Destrozaba
ese llanto del mar, pero quien puede
renunciar a ese sueño que concede
sólo una vez la vida, y yo soñaba.



II


Nunca supe que el tiempo se detuvo,
si yo era el tiempo exacto, detenido;
si existí antes de verte, sí he vivido
después que ya no estás. ¿Acaso hubo
una mujer desnuda, que mantuvo
por un instante detenido el mundo?
¿Quién puede responderme? ¿Fue un segundo?
¿Realmente fue un segundo? ¿Puede acaso
ese puñal tan frágil, de un zarpazo,
esconder su metal en lo profundo?



III



En la dorada luz, breve, de octubre,
cuando el aire es un sueño, cuando quiere
detenerse la tarde, cuando muere
hecho un rumor el verde, cuando cubre
cierto violeta el mar y se descubre
la música tenaz, salgo a buscarte;
mi cuerpo es sólo cuerpo para hallarte,
se deshace en el viento, se hace tacto
para fundar tu cuerpo. Tengo un pacto
trazado con la muerte: hasta encontrarte.


Cuando el cristal no reproduce
                                     el rostro

Monólogo final



La oscuridad tiene su olor,
mi olor,
y ese otro perfume
que nace de la piel
cuando se junta nuestros cuerpos.



Cierra los ojos.
Toca mi cara.
Tus dedos borraran la sombra,
no importa que sea de noche,
no importa que desconozcas
el rostro que tendré al amanecer.
Cada segundo puede ser toda la vida.



Mañana mi piel estará seca,
o deshecha en el aire,
o será un verde germinal,
un rojo efímero;
pero ahora las yemas de tus dedos
tienen toda la luz.



Perdono al porvenir.


Las trampas que he tendido
tiene la misma inocencia
del juego de la alquimia
para el hombre no existe otro destino
que el manantial inédito.


Toca mi rostro,
sálvalo en la memoria de tus manos.




Nota:

Los textos fueron extraídos de la antología poética “Cuando el cristal no reproduce el rostro”, del poeta cubano Waldo Leyva.  Antología ganadora de la IV edición del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora. Libro editado por la Fundación Centro de estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). 2da edición, 2012 Venezuela. Vídeo bajado del portal Youtube.com.


22 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Teófilo Tortolero

Tu frente lleva pensamientos
Y drogas silvestres
Es una cesta y una cúpula


Teófilo Tortolero

(1936 -1990)

Teófilo Tortolero
Las Drogas Silvestres (1972)
y Demencia Precoz 
(1968)


2


Las drogas que pasaron por otoño eran falsas
De la casa sólo está un mango roto
Anegado de hormigas
Es mentira que tu ombligo fuera echado al mar


***


Brahms
              es terrible la llama en la caída
              los golpes y aletazos a la puerta del aire

              Sentir las aguas del Ángelus tan cerca
              y no alcanzarlas
              la mirada perdida en los infiernos
              cuando la niebla atraviesa la carne
              sin llamar

Brahms
              son terribles sus coágulos sus cachorros de espuma
              flotando al río de la epilepsia


XVII


Un girasol ha temblado en el mundo



XVI


Yo te busco en un salto al vacío


***


He terminado

Mi garganta está seca
al detenerse los blancos engranajes
en la sala de máquinas

Ven por mí


Nota:
los textos fueron extraídos de los libros: "Demencia precoz y las drogas silvestres", del escritor y poeta Venezolano Teófilo Tortolero.


Jessica Yeh / Sad Violin

16 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Los Cantos de Maldoror


“…Me propongo, sin estar conmovido, declamar a grandes voces
la seria y fría estrofa qué vais a oír”.


Isidore Lucien Ducasse
(1846-1870)

Diseño: Enrique Jiménez Corominas
Historietista e Ilustrador español.

Los Cantos
de Maldoror

(1869)


Canto I
(Fragmento)


Ruego al cielo que el lector, enardecido y momentáneamente feroz como lo que lee, halle, sin desorientarse, su abrupto y salvaje sendero por entre las desoladas ciénagas de estas páginas sombrías y llenas de veneno; pues, a menos que ponga en su lectura una lógica rigurosa y una tensión de espíritu igual, como mínimo, a su desconfianza, las emanaciones mortales de este libro embeberán su alma como azúcar en agua. No es bueno que todo el mundo lea las páginas que siguen; sólo algunos saborearán sin peligro ese fruto amargo. Por lo tanto, alma tímida, antes de adentrarte más por semejantes landas inexploradas, dirige hacia atrás tus pasos y no hacia delante. Escucha bien lo que te digo: dirige hacia atrás tus pasos y no hacia adelante, como la mirada de un hijo se aparta, respetuosamente, de la contemplación augusta de la faz materna; o, mejor, como el ángulo perdiéndose en el horizonte de las friolentas grullas tan meditabundas que, durante el invierno, vuela poderosamente a través del silencio, con todas las velas tendidas, hacia un punto preciso del horizonte de donde, súbitamente, brota un viento extraño y fuerte, precursor de la tormenta. La grulla más vieja, que forma por sí sola la vanguardia, al verlo, mueve su cabeza como una persona razonable y, en consecuencia, también su pico que hace restallar, y no está contenta (tampoco yo lo estaría en su lugar), mientras su viejo pescuezo, desprovisto de plumas y contemporáneo de tres generaciones de grullas, se agita en irritadas ondulaciones, presagio de la tempestad que se acerca cada vez más.




Cartas

París, 12 de marzo de 1870



Señor:


Permitid que me remonte un poco lejos. He hecho publicar una obra de poesías, en la casa Lacroix (B. Montmartre 15). Pero, una vez impresa, se negó a lanzarla, porque allí se pintaba la vida en colores demasiado amargos y el editor temía la acción de la justicia. Era algo en el género del Manfredo de Byron y el Conrad de Mickiewicz, pero mucho más terrible. La edición había costado 1.200francos, de los que yo había entregado ya 400. Pero todo se fue al diablo. Lo cual me hizo abrir los ojos. 


Nota:
 los textos fueron extraídos del libro “Los cantos de Maldoror”
Ediciones SED DE BELLEZA
(2006)




 Avenged Sevenfold
Nightmare



12 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Lautréamont II


¡Oh!, matemáticas severas,
no os he olvidado desde que vuestras sabias lecciones,
más dulces que la miel, se derramaron en mi corazón,
como una ola refrescante.

Isidore Lucien Ducasse
(1846-1870)

Diseño: Enrique Jiménez Corominas
Historietista e Ilustrador español.

Los Cantos
de Maldoror

(1869)



Canto II
(Fragmento)


« ¡Oh!, lámpara de mechero de plata, mis ojos te perciben en los aires, compañera de la bóveda de las catedrales y buscan la causa de tal suspensión. Dicen que tus fulgores iluminan, durante la noche, la turba de quienes vienen a adorar al Todopoderoso y que muestras a los arrepentidos el camino que lleva al altar. Óyeme, todo es posible, pero... ¿necesitas acaso prestar semejantes servicios a quienes no debes nada? Deja, sumidas en tinieblas, las columnas de las basílicas, y cuando un soplo de la tormenta en la que se atorbellina el demonio, llevado a través del espacio, penetre con él en el lugar santo, extendiendo el espanto, en vez de luchar valerosamente contra la pestífera ráfaga del príncipe del mal, extínguete al punto, bajo su enfebrecido soplo, para que pueda, sin que le vean, elegir a sus víctimas entre los arrodillados creyentes. Si así lo haces, puedes afirmar que te deberé toda mi felicidad. Cuando brillas, extendiendo tu claridad indecisa, pero suficiente, no oso entregarme a las sugerencias de mi carácter y permanezco, bajo el sacro pórtico, mirando por el entreabierto portal a quienes escapan de mi venganza en el seno del Señor. 

¡Oh, lámpara poética!, tú, que serías mi amiga si pudieras comprenderme, cuando mis pies huellan el basalto de las iglesias, en las horas nocturnas, ¿por qué comienzas a brillar de un modo que, lo confieso, me parece extraordinario? Tus reflejos se colorean, entonces, con los blancos matices de la luz eléctrica. Los ojos no pueden mirarte, e iluminas con una llama nueva y poderosa los menores detalles de la pocilga del Creador, como si fueras presa de santa cólera.

Y, cuando me retiro tras haber blasfemado, te vuelves de nuevo irrelevante, modesta y pálida, segura de haber llevado a cabo un acto de justicia. Dime, ¿acaso porque conoces los recovecos de mi corazón, cuando comparezco en el lugar donde velas, te apresuras a señalar mi presencia perniciosa y a llamar la atención de los adoradores hacia el lugar donde acaba de mostrarse el enemigo de los hombres, esta opinión me parece acertada, pues también yo comienzo a conocerte, y sé quién eres, vieja bruja, que tan bien velas sobre las sagradas mezquitas donde se pavonea, como cresta de gallo, tu curioso dueño. Vigilante guardiana, te has encargado de una misión insensata. Te lo advierto, la primera vez que me señales a la prudencia de mis semejantes, aumentando tus fosforescentes fulgores, como ese fenómeno de óptica, que por lo demás ningún libro de física menciona, no me gusta, te agarraré por la piel del pecho, clavando mis zarpas en las escaras de tu nuca tiñosa, y te arrojaré al Sena. No pretendo que, mientras yo no te hago nada, tú te comportes, a sabiendas, de un modo que me sea perjudicial. Allí te permitiré brillar, mientras me resulte agradable; allí te burlarás de mí con inextinguible sonrisa; allí, convencida de la incapacidad de tu criminal aceite, lo orinarás con amargura.» Tras haber hablado así, Maldoror no sale del templo y permanece con los ojos fijos en la lámpara del lugar santo... Cree ver una especie de provocación en la actitud de esa lámpara, que le irrita al más alto grado con su presencia inoportuna. 


Nota: Los textos fueron extraídos del Libro "Los cantos de Maldoror"
de Ediciones SED DE BELLEZA
(2006).



La Banda "CORVUS"




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7 de octubre de 2012 | By: Leonardo García.

Conde de Lautréamont


...Adiós, anciano, y piensa en mí
si me has leído.

Isidore Lucien Ducasse
(1846-1870)


Los Cantos
de Maldoror
(1869)

No te fíes de él cuando vuelve la espalda,
pues te mira; no te fíes de él cuando cierra los ojos,
pues sigue mirándote.


Canto II
(Fragmento)


Desde entonces, cuántos proyectos enérgicos, cuántas simpatías que creí haber grabado en las páginas de mi corazón, como en el mármol, han ido borrando lentamente, de mi razón desengañada, sus líneas configurativas, como el alba naciente borra las sombras de la noche. Desde entonces, he visto a la muerte, con la intención, visible a simple vista, de poblar las tumbas, asolar los campos de batalla, abonados con sangre humana, y hacer brotar flores matutinas sobre las fúnebres osamentas.

Desde entonces, he asistido a las revoluciones de nuestro globo; los terremotos, los volcanes con su inflamada lava, el simún del desierto y los naufragios de la tempestad han tenido mi presencia como espectador impasible. Desde entonces, he visto varias generaciones humanas elevando, por la mañana, sus alas y sus ojos al espacio, con la inexperta alegría de la crisálida que saluda su última metamorfosis, y muriendo al atardecer antes de la puesta del sol, con la cabeza inclinada, como flores marchitas agitadas por el soplo quejumbroso del viento. Pero vosotras seguís siendo siempre las mismas. Ningún cambio, ningún aire apestado roza las rocas escarpadas y los inmensos valles de vuestra identidad.

Vuestras modestas pirámides durarán más que las pirámides de Egipto, hormigueros levantados por la estupidez y la esclavitud. El fin de los siglos verá, de pie todavía sobre las ruinas de los tiempos, vuestras cifras cabalísticas, vuestras ecuaciones lacónicas y vuestras líneas esculturales tronando a la diestra vengativa del Todopoderoso, mientras las estrellas se hundirán, con desesperación, como trombas, en la eternidad de una noche horrible y universal, y la humanidad, llena de muecas, pensará en arreglar sus cuentas con el juicio final.


Poesías
(1870)

***

Los gemidos poéticos de este siglo no son más
que sofismas.


***

Acepto a Eurípides y a Sófocles; pero no acepto
a Esquilo.


***

No existen dos clases de poesía; sólo existe una.


***


No dejaré Memorias. La poesía no es la tempestad, ni
tampoco el ciclón. Es un río majestuoso y fértil.


***


Una máxima, para estar bien hecha, no necesita corrección.
Necesita que se la desarrolle.


***


Los hombres que no se baten en duelo creen que los que se
baten en duelo a muerte son valerosos.



***


El escritor, sin separar una de otra, puede indicar la ley que
rige cada una de sus poesías.


***


El fenómeno pasa. Busco las leyes.


***


Existe una lógica para la poesía. No es la misma que la
de la filosofía. Los filósofos no son tanto como los poetas. Los
poetas tienen derecho a considerarse por encima de los filósofos.


Portada de "Los Cantos de Maldoror"
edición de 1890, por León Genonceaux.


Nota: los textos fueron extraídos del libro
 "Los Cantos de Maldoror"
Ediciones SED DE BELLEZA
2006.


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