23 de agosto de 2012 | By: Leonardo García.

Waldo Leyva


“Yo seré el que regresa
… tendré tatuado el ruido de la sombra
y el silencio que dejan las batallas”.

Waldo Leyva Escritor, poeta, narrador, ensayista, promotor cultural, profesor universitario, Periodista y actor. Nacido el 16 de mayo de 1943, en Remates de Ariosa, Remedios, antigua provincia de Las Villas que ahora pertenece a la provincia de Villa Clara, cuba. Entre sus títulos destacan: De la ciudad y sus héroes, (1974); Desde el este de Angola, (1976); Con mucha piel de gente, (1983); El polvo de los caminos, (1984); Diálogo de uno (1990); El rasguño de la piedra, (1995); Memoria del porvenir, (1999); El dardo y la Manzana, (2000); Perdono al porvenir, (2004); Agradezco la noche, (2006); y De la máscara y la voz (2006). Ganador del X Premio Casa América de poesía americana.





Waldo Leyva
Ganador de la IV edición del Premio Internacional
de Poesía “Víctor Valera Mora”
con el Libro:
“Cuando el cristal no reproduce el rostro”
Antología poética publicada en España.



Los Signos del Comienzo
(1967- 2006)


La Distancia y el tiempo
(2006)


Odiseo


No puedo asegurar si estoy partiendo
o si he llegado al fin donde quería.
El olor de la tierra es familiar,
no me resulta extraño el árbol,
ni la garganta migratoria de los pájaros.
Los espejos de agua
me devuelven un rostro indescifrable.

¿Alguien me vio partir?
¿alguien me espera?

En la memoria del provenir
yo seré el que regresa,
y en la piel, junto al salitre
y ciertas mordeduras incurables,
tendré tatuado el ruido de la sombra
y el silencio que dejan las batallas.


Agradezco la noche
(2006)


Disyuntivas


En esta tarde de noviembre
siento ajena la casa,
desconozco el rumbo de las puertas.

¿Quién está en mi cama?

El agua corta como un cuchillo.

¿Quién es ese bufón que tiene mi rostro en el espejo?
¿Qué hago yo aquí?

Si salgo, desaparecerán las puertas. 


Los signos del comienzo


¿Soy el que grita desde la oscuridad?

La lluvia convierte en río la ladera del monte

El agua quiere descubrir la roca del origen,
mostrar la aridez de la montaña,
borrar su fertilidad fingida.

¿Mi grito viene de esas soledades?

Sobre la piedra limpia no hay gérmenes
ni es posible el vuelo de los pájaros.


Dados


Alguien puso los dados
en mi mano
Y espera que lo lance;
Confía que un golpe de suerte
Lo pondrá frente a frente con su espejo.

Yo no pedí los dados,
Ignoro el signo de la cifras,
Desconozco los múltiples rostros del azar.
Dos cubos rondando sobre un tapete verde
Indicando el guarismo de la muerte.

El que puso los dados en mis manos,
Vengan por ellos.
Los echaré a rodar, pero hacia arriba.


Azar I


Hay barajas marcadas
al fondo del estanque.

Yo vengo
de donde todo fue transparente
hasta que el hombre descubrió
la alquimia de la sombra.

El camino es el mismo
pero cada peregrino lo inaugura.

Con un golpe de dados
viene el viento del sur.

En la arena hay medusas,
piedras fosforescentes,
lunas rastreras.

¿Quién baraja los naipes?
¿Quien le puso colmillos a la noche?


Azar II
(el mago)



Temo encontrar la carta.
La espuela del gavilán
herirá de muerte el canto de mi gallo.
Cuando el viento disperse las barajas,
ese único naipe quedará detenido
sosteniendo mi mano intemporal.
Todos saben su signo,
sólo yo ignoro si es la sota
o el As de corazones
o tal vez aquel jóker de la muerte
el frágil comodín que me faltaba.


Nota:
Los textos fueron extraídos de la antología llamada “Los signos del comienzo, (1967 – 2006), de la editorial Monteávila editores – Venezuela. De la colección “Altazor”. a continuación un Vídeo sobre el poeta cubano.




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